Huele a Pasok

Los candidatos a la secretaría general del PSOE Eduardo Madina y Pedro Sánchez
Fotografía: Los candidatos a la secretaría general del PSOE Eduardo Madina y Pedro Sánchez

Todo va muy mal para el PSOE desde que Zapatero subiera a la tribuna del Congreso de los Diputados un día de mayo de 2010 y rompiera el libro de los principios socialistas creyendo que con ello «salvaba a España» del rescate y su ruina. Desde aquel momento los socialistas dan todo los días un paso adelante que les acerca peligrosamente al séptimo círculo (anillo medio) del Infierno de Dante, ese lugar donde penan los suicidas y derrochadores. Han perdido el 65 por ciento de los votos obtenidos en 2008 y la sangría continúa. ¿Qué les pasa? De todo. La convocatoria fulminante de un Congreso extraordinario tras el batacazo de las europeas fue, no obstante, una decisión valiente y positiva: parecía que esta vez sí se tomaban así mismos en serio y decidían parar, analizar qué les ocurría, buscar respuestas y un liderazgo capaz de alejarlos poco a poco de las llamas y los picotazos de las arpías. Pero al cabo de dos semanas esta esperanza de desvanece: lo que parecía un paso firme resultó ser un espejismo.

Cuando Susana Díaz dijo no, dejó al PSOE desnudo, perfectamente in puribus. Todo lo que se observa salvo ella es bien poco. Los jóvenes que anuncian su candidatura a la secretaría general no parecen tener el músculo suficiente como para rescatar a esa mole que es PSOE camino del abismo. Claro que ellos no son responsables del todo. Zapatero se encargó de talar y hacer leña después de todo aquel que tuvo relevancia en la era González. Pero se olvidó de repoblar. El resultado es una alarmante falta de banquillo. Pero tampoco la secretaria andaluza ha andado fina. Ha movilizado a expresidentes y la mayoría de los secretarios territoriales para que canten a su favor y después los ha dejado boquiabiertos cuando no le han salido las cuentas. La explicación dada: «mi prioridad es Andalucía», es entendible, pero esa razón de peso debería de haberla ponderado mejor antes de dar tantos pasos. Ahora su poder interno es mayor que ayer, y nadie sabe si éste valdrá para ayudar al nuevo secretario general en su ingente tarea o para mantenerlo en precario hasta nueva ocasión. Y es que el PSOE necesita con urgencia un liderazgo claro que le rescate de esa suerte de gobierno confederado de secretarios generales y ejecutiva con el que se hunde desde hace tiempo, reconciliarse con su electorado hablando de las cosas que le duelen y priorizar la batalla ideológica desde la izquierda democrática sobre los asuntos que ahora tanto le atrapan y tan poco le aportan. De no proceder así, lo más probable es que el olor a Pasok (el movimiento socialista griego que pasó de la hegemonía a la insignificancia) inunde las agrupaciones socialistas hasta asfixiarlas.

3 comentarios en «Huele a Pasok»

  1. Es un enfoque muy centrado, sobre el que me atrevería a avanzar alguna consideración y alguna propuesta:

    Consideración: Es muy posible que a Susana Díaz no le salieran las cuentas, y que de lo contrario se habría lanzado. Pero el efecto público habría sido -desde mi corto entender- nefasto: Más de lo mismo: reclamada por el aparato perdedor, serviría de percha para los viejos abrigos de los burócratas del pesebre… Y el «efecto PASOK» se habría precipitado.

    Propuestas:

    1. Es cierto que los candidatos que han saltado hasta ahora a las pistas carecen de experiencia suficiente, especialmente en las lides internas. Acordémonos del Isidoro de Suresnes, a quien no lo conocían casi ni en su calle… Pero podrían constituir un núcleo desde el que reconstruir una opción renovada de verdad.

    2. Si son capaces de -por encima de su contienda actual- de ponerse de acuerdo y colaborar para generar una estructura que soporte esos cambios, y que nos ayude a desprendernos de adherencias burocráticas, de corruptelas, «apesarados», y de lanzar una iniciativa que enlace con la sociedad.

    3. Si son capaces de plantear las próximas elecciones generales como unas elecciones plebiscitarias sobre el Cambio de la Constitución para adaptarla en concreto al Estado Social de Derecho (Educación, Vivienda, Sanidad, Trabajo incluso…), y a la necesidad de recomposición territorial.

  2. Ojalá funcione la máxima del «horror vacui» pero lo que rellene el hueco del PSOE sea todo «momio» y no algún «pitraco», imposible de digerir.

  3. En pocas palabras desde luegono se puede decir más ni más acertado, «cueste lo que cueste», a muchos les ha costado mucho y lo de «me cueste lo que me cueste», como bien decía en una columna de opinión, Juan José Millás,a ese señor no le ha costado nada, pero a eso que se conocía como PSOE por eso y otras cosas de la gestión de ese señor, caminar hacia menos que el PASOK y ya sólo falta entrar en coalición con el PP e minoria por la «estabilidad»

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