Volver al Candil

Los ministros Critóbal Montoro y José Manuel Soria
Fotografía: Los ministros Critóbal Montoro y José Manuel Soria

Quien podría haberlo profetizado, pero el todopoderoso sector eléctrico español está tocado. La crisis le está zarandeando desde hace tiempo como a todos. El pasado viernes, sin embargo, el Gobierno le pegó una estocada certera que, para algunas de sus empresas de generación eléctrica renovable, puede ser tan definitiva como la cuchillada del verduguillo. La llamada – de manera pomposa – reforma del sector eléctrico, no obstante, abofetea a todos. Al usuario le endosa una nueva subida, a las eléctricas, convencionales o no, se les mete la mano en el bolsillo de sus resultados y la mismísima Hacienda pública – que somos todos – debe apoquinar 900 millones del euros. Todos jodidos.

El ministro de Industria explica las medidas como algo imprescindible para que el sistema no llegue al crac. O sea, que arrojar a las eléctricas a la nefanda pérdida de todo valor en bolsa, al usuario patrio a pagar la luz más cara de Europa y, de paso, avivar la llama alcista de la prima de riesgo, nos salvará de la ruina. Curiosa manera de entender la cosa pública por parte de los ministros de Rajoy que hunden a los hombres y las empresas, poco a poco, para rescatarlos de la muerte súbita.

Si las exigencias para el sector eléctrico persisten, sus empresas, en primer lugar, no invertirán un euro en España, después se irán, y el usuario volverá a la bujía de 20w y al candil por la noche. Lo más llamativo de todo esto, sin embargo, es que hace sólo cuatro años éramos una nación puntera en tecnologías de generación eléctrica renovable. Nuestras empresas ganaban concursos en todo el mundo y hasta los alemanes y Obama nos piropeaban. ¿Qué queda de todo aquello?. Los analistas y los empresarios lo tienen bien claro: pavor y grandísimas deudas.

Hasta el Consejo de Ministros del 12 de julio, el apaleamiento del presente se cebaba sobre los lomos de las renovables. A partir de ahora todos terminarán bien calientes. La respuesta de la patronal Unesa es para tomarla en serio. El sector eléctrico tiene una enorme capacidad de presión. En realidad, casi siempre impone lo mollar de sus intereses. Pero también puede hastiarse y dejar al ralentí sus negocios españoles. Ahora cabalga por todo el mundo y no depende de las concesiones españolas. ¿Cuando advertirá el Gobierno que hay vías diferentes a las que ven a través de sus anteojeras?.

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