Viernes Basura

Gerardo Díaz Ferrán
Fotografía: Gerardo Díaz Ferrán
Gerardo Díaz Ferrán
Gerardo Díaz Ferrán

El viernes 14 los camiones de la basura no llevaron su mercancía a los vertederos. La mierda se les fue derramando por el camino hasta tal punto que a media tarde los locutores de radios y televisiones daban la noticia con las narices pinzadas. Voces nasales contaban la nueva de que el expresidente de la CEOE, Díaz Ferrán, con sus compinches dejaron un agujero de 400 millones de euros en la turística Marsans; que Bárcenas suma ya 47 millones  en las cuentas que gestionaba y quedan no se cuántas más por ver.

Convergencia de Catalunya y la constructora Ferrovial (cuántas décadas de relaciones íntimas con el nacionalismo catalán, señores Del Pino) han mantenido un «pacto criminal» según el fiscal; la Infanta Cristina hizo un zurrón de 1,43 millones al vender 13 pisos y solares…y su marido Urdangarin (vaya yerno, majestad) ingresó 5,8 millones por eventos en los que solo se gastó 1,9 millones. Podría seguir pero no pretendo apestar a nadie con la lectura de esta nota. Es suficiente para mostrar el cariz de lo que vienen siendo nuestros días en los últimos años.

Tan pertinaces y abrumadoras vienen siendo estas revelaciones, que muchos (vean encuestas) creen que fue el saqueo de unos y otros la causa de la depresión y el desempleo existentes. Bastante razón tienen. Numerosos dirigentes empresariales y responsables políticos corrieron a mayor velocidad que nadie en la rapiña. Se afanaron en recolectar millones, hacer patrimonios, comprar valores y acumular poder incluso cuando las mieses estaban aún verdes. Abdicaron de sus responsabilidades profesionales y políticas, y sobre todo morales: se olvidaron del ejemplo.

Hoy los jueces no tienen manos para mover tanto sumario, en tanto que los denunciados más notorios, como es el caso del PP, les acusan de demorar la instrucción de Bárcenas «para hacer daño al PP». Si malo fue el afán masivo de los últimos veinte años, tampoco pinta bien el tiempo de digestión judicial de aquellos abusos. Algunos sumarios se harán eternos y habrá imputados que lo serán por lustros. Pero a otros se les dará carpetazo dejando al personal con la boca abierta. Blesa, el expresidente de la que fue cuarta institución financiera de España, Caja Madrid, está en la cárcel. Ojalá le dure poco semejante calvario. Pero quien está pasando un gólgota es el juez que le mandó a prisión.

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