DE PUCHEROS Y COPAS. El Buen Gin Tonic

Teresa Muñiz. Sin título - Acrílico sobre tela 190 cm x 190 cm. Año: periodo 2000-2006
Fotografía: Teresa Muñiz. Sin título - Acrílico sobre tela 190 cm x 190 cm. Año: periodo 2000-2006

 

Teresa Muñiz. Sin título - Acrílico sobre tela 190 cm x 190 cm. Año: periodo 2000-2006
Teresa Muñiz. Sin título - Acrílico sobre tela 190 cm x 190 cm. Año: periodo 2000-2006

Creo que ya lo tengo. He encontrado un dato, una pista, una referencia, un número que podría llevarnos a comprender por qué existen miles de bares, restaurantes, hoteles y tiendas en las que no se sirve o vende tónica Schweppes. La clave la han venido a dar tres investigadores del IESE, dirigidos por el profesor Juan José Toribio, quienes en un informe titulado «La Cadena Agroalimentaria en España» anotan que dentro de los refrescos de cola, Coca-Cola mantiene ¡el 86,4% del mercado!. Ahí es nada. Monopolio absoluto.

Ahora se entiende mejor todo, cómo se imponen una marca y su parva de productos y cómo se desplaza a otros del mercado. Porque en ese establecimiento en el que no existe ni el rastro de la tónica Schweppes, encontramos siempre la tónica de la nómina de Coca-Cola. ¿Y esto no es corregible?. A lo mejor es que no es ilegal; puede que a Coca-Cola y sus agentes comerciales no se les vea en estos menesteres; puede, incluso, que esta marca haya conquistado el gusto de España y sean los responsables de las expendedurías varias quienes exijan sus productos sin fijarse en más. Puede.

Porque la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), tan celosa ella de cárteles y otros abusadores de posición, tampoco ha dicho nada del asunto, o al menos este escribidor no lo conoce. Y ni siquiera esa otra tónica tan deliciosa en la boca como impronunciable de nombre ha levantado la voz de tal manera que llegue su aflicción a oídos de la mayoría. ¿Entonces por qué tantos bebedores de gin tonic hacen penitencia de bares buscando una tónica que no encuentran?.

Ese misterio habremos de desvelarlo. El profesor Toribio y sus chicos nos han dado una buena pista. Es necesario profundizar en ella, porque condenar el clásico gin tonic a la compañía de solamente un agua tónica es el principio del fin del combinado que ha alcanzado a ser para las dos últimas generaciones de españoles lo que los Beatles fueron a la  música moderna y el Mayo 68 a la rebeldía. El buen gin tonic no es una ginebra con burbujitas que chisporrotean de felicidad, es el trago del satisfecho, de aquel al que le gusta la vida y se agota peleando con ella.

TERESA MUÑIZ es asturiana pero hecha en Madrid, donde estudio en la Escuela de Bellas Artes de San Fernado, y vive. Crea y enseña pintura desde siempre. La abstración, el color, la determinación y el misterio son los puntales de su obra. Admira algunas de sus pinturas en su web

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Cerrar

Acerca de este blog