Huele a los 70

El presente trae olores de los años setenta. Aulas masificadas, profesores airados y alumnos mosqueados y listos para correr las calles. En las consultas del médico bisbiseos de dolor y los galenos haciendo de tripas corazón. En aquellos tiempos de pantalones «acampanaos» y cabellos largos y desmayados se mantenía, no obstante, la esperanza de que tras la desaparición del dictador llegaría Europa, la libertad y, acaso, la prosperidad. Hoy ese viaje de vuelta al pozo desmigado del desarrollismo franquista no viene envuelto en ilusión alguna. Nos amputan porque sí, porque es necesario, porque no hay dinero…. porque lo impone un gobierno de mayoría absoluta.

Claro, que todos conocemos que detrás de tanto dolor está ese fantasma del miedo llamado mercados y el ama de llaves de ese palacio nibelungo llamada Merkel, pero ni nuestro Gobierno, ni nadie, parecen dispuestos a plantar cara a esos que aplauden cómo nuestra derecha lleva al país al degolladero. Ítem más, la poda (o la tala en ocasiones) se justifica con argumentos que daría vergüenza manifestar en el bar incluso harto de copas. Resulta que los hijos del tardofranquismo tuvimos una salud de hierro con solo un médico por pueblo y que somos la generación mas brillante del siglo saliendo de aulas masificadas. 

Está claro que el presidente Rajoy, tan melifluo en apariencia, se desempeña con una determinación tremenda: autoritarismo político, pues ordena mediante decreto materias sustantivas que afectan a derechos fundamentales, liberalismo sin adjetivos cuando desmocha el incipiente Estado de Bienestar que empezamos a darnos en los 80/90, y depredador del entramado institucional al cargarse el modelo de RTVE que mejor ha funcionado y mirar torvo a las autonomías como si fueran el enemigo.

En los años 70 se escribió bastante de lo que seríamos luego. El eslogan «Libertad, amnistía, estatuto de autonomía«, encerraba casi todo el programa máximo de una generación de españoles. Hoy, aquella ambición está en revisión profunda. Si no fuera de esta manera, ¿a qué viene ese manoseo de las leyes que protegen las libertades públicas por parte del ministro del Interior?, ¿por qué cuando habla Esperanza Aguirre de liquidar las Comunidades Autónomas todos la aplauden en privado?.

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