Europeas

La derecha ha ganado con contundencia las elecciones al Parlamento Europeo. Sólo dos o tres pequeños estados se han inclinado por los socialistas. Estos últimos, vapuleados y aturdidos, dicen bobalicones que el lector europeo otorga el poder a aquellos partidos que sembraron hace unos años la catástrofe económica actual. Demasiado simple para ser verdad. De lo que ocurre ahora en el mundo rico todos tenemos parte de responsabilidad. Las derechas de los Bush y aliados por dejar el campo libre a los cocodrilos de Wall Street y tantas otras cities financieras. Los socialdemócratas por no denunciarlo y, también, por disfrutar de ese crucero de prosperidad que ha sido nuestro mundo durante unos años. Decía hace unas semanas el maestro de periodistas Jean Daniel que todos nos hemos equivocado. Y es verdad. El débil pensamiento moderno, casi todo él cebado por los media, llegó a creer que los magos de las finanzas en la banca de negocios y las altas escuelas financieras habían dado con la clave  de la prosperidad para siempre. Resulto que era falso, claro. Pero en pleno banquete nadie levantó la voz de la denuncia y aquellos pocos que lo hicieron se les cayó de inmediato. Hoy los escasos europeos que han votado apuestan por el mal menor. Parecen decir que las derechas, padres de la ruina presente, al fin y al cabo, nos dieron unos buenos años con anterioridad. Los socialdemócratas, ni una cosa ni otra. La escuálida izquierda europea tiene así, una tarea hercúlea por delante. El más imaginativo de todos ellos, Zapatero, va a estar acorralado por la derecha toda la legislatura. Obama está demasiado lejos.

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